lunes, 23 de enero de 2012

Veritatis, Laboris et Efficientis

En este escrito presento los postulados y el marco de referencia de nuestra tarea. Es un horizonte  deseo que nos guía.

1.    Veritatis

Veritas
En la mitología romana, Veritas (verdad) era la diosa de la verdad, hija de Saturno y madre de la Virtud. Se creía que se ocultaba en el fondo de un pozo sagrado porque era muy elusiva. Su imagen la muestra como una joven virgen vestida de blanco. 

Veritas es también el nombre que recibe la virtud romana de la veracidad, que era considerada una de las principales virtudes que un buen romano debía poseer. En la mitología griega, Veritas era conocida como Aletheia. 

Aletheia

Para los primeros pensadores de la Grecia clásica, Aletheia era la verdad profunda y total, aquella que se ocultaba tras las apariencias de lo común y lo cotidiano. Imaginada como una joven que observada su reflejo en un espejo, aletheia representaba el conocimiento real y eterno, que había de ser descubierto, tras la aparente realidad, mediante la investigación, el pensamiento crítico y la reflexión.

Alegoría de la Verdad
Era, a su vez, el descubrimiento, el acto de quitar los velos para que la realidad se presentara tal cual es, en su total pureza y desnudez.

Aletheia presentaba el ideal que ansiaba alcanzar el sabio, el hombre de ciencia, meta y camino hacia la luz en medio del desconocimiento y la ignorancia.

Verdad
Veritatis Splendor es una encíclica del Papa Juan Pablo II. Expresa la posición de la Iglesia Católica con respecto a los fundamentos del papel de la Iglesia en la enseñanza moral. La encíclica es uno de las enseñanzas más completa y filosófica de la teología moral en la tradición católica. Fue promulgada el 6 de agosto de 1993.

 Veritatis Splendor responde a las preguntas de la teología moral que se habían formulado en la Iglesia, especialmente en la segunda mitad del siglo 20. Estas preguntas giran en torno a la capacidad del hombre para discernir el bien, la existencia del mal, el papel de la libertad humana y la conciencia humana, el pecado mortal, y la autoridad del magisterio de la Iglesia Católica en la orientación del hombre. En respuesta a estas, el Papa Juan Pablo II insiste enfáticamente que la verdad moral es cognoscible, que la elección del bien o el mal tiene un efecto profundo en nuestra relación con Dios, y que no hay una verdadera contradicción entre la libertad y el bien.

Veritatis Splendor comienza con la afirmación de que efectivamente existen verdades absolutas accesibles a todas las personas. Al contrario de la filosofía del relativismo moral, la encíclica insiste en que la ley moral es universal a través de las personas en diferentes culturas, y de hecho sus raíces en la condición humana. El Papa Juan Pablo enseña que no importa lo que alguien está separado de Dios , en lo más profundo de su corazón siempre hay un anhelo de la verdad absoluta y la sed de alcanzar pleno conocimiento de ello.

2.    Laboris

Consecuentemente la humanización en el trabajo es uno de los mayores desafíos y una gran responsabilidad de las empresas modernas; los dueños de la gestión requieren facilitar que todos los marcos se equilibren mediante una gestión estratégica y operativa pertinente y adecuada.

Por esta razón en todos los niveles organizacionales las Gestiones: estratégicas, operativas y de competencias, corresponde desarrollarlas e implementarlas en un contexto de ética empresarial comprometida con el desarrollo social y con un paradigma de empresa socialmente responsable.

La referencia esta dada por: Las tres encíclicas sociales de Juan Pablo II:  Laborem Exercens, Sollicittudo Rei Socialis, y Centesimus Annus. Los documentos de Juan Pablo II sobre la Familia y la Vida: Documentos como: Familiaris Consortio, La Carta de los derechos de la Familia, Mulieris Dignitatem, Gratissimam Sane, Evnagelium Vitae, y la carta A ciascuna de voi. Las encíclicas de Juan Pablo II sobre la verdad, fe y razón: Veritatis Splendor y Fides et Ratio. Los textos de Juan Pablo II: Tertio Millenio Adveniente, Ut Unum sint, y Novo Millenio Ineunte.

Laborem Exercens es la tercera encíclica de Juan Pablo II. Fue publicada el 14 de septiembre de 1981 en el 90º aniversario de la encíclica Rerum Novarum.

Esta encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo a 90 años de la encíclica Rerum Novarum. El enfoque general responde a un análisis de la época moderna, en que se han desarrollado con enorme profusión experiencias de carácter económico, social, histórico, teológico, antropológico, etc. Generalmente acerca del trabajo humano, se ha ignorado su concepto exacto.

La Encíclica va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo humano. En lugar de trazar un modelo ideal, ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el hombre transformarse con su trabajo, y hacerse más hombre.

3. Efficientis

La palabra eficiencia proviene del latín efficientia que en español quiere decir, acción, fuerza, producción. También es un término económico que se refiere a la ausencia de recursos productivos ociosos, y a que se están usando de la mejor manera posible los factores en la producción de bienes o servicios.
La eficiencia es la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.

Aristóteles llamaba causa eficiente y causa final . Para este filósofo causa es todo principio del ser, aquello de lo que de algún modo depende la existencia de un ente; o de otro modo: todo factor al que nos tenemos que referir para explicar un proceso cualquiera.

De acuerdo con estos postulados para entender cualquier ente debemos fijarnos en cuatro aspectos fundamentales (cuatro causas):
•    la causa material o aquello de lo que está hecho algo;
•    la causa formal o aquello que un objeto es;
•    la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;
•    y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede llegar a ser.

La idea de causa eficiente, así como el principio de causalidad que a ella se refiere, se forman y proceden a posteriori y a priori a la vez. Dependen de la experiencia y de los sentidos, y por consiguiente, se forman a posteriori y a priori a la vez. Dependen de la experiencia y de los sentidos, y por consiguiente, se forman a posteriori, en cuanto que los sentidos, junto con la experiencia tanto externa como interna, nos revelan la sucesión y existencia de nuevos seres y nuevos modos de ser.

Se forman y constituyen a priori, en cuanto que la razón, apoyada sobre esos datos de la experiencia, forma o percibe el concepto de efecto, el cual contiene esencialmente la dependencia y distinción de otro ser, puesto que ninguna cosa puede darse el ser a sí misma, a no ser que queramos admitir que alguna cosa puede obrar antes de existir .